La concubina del levita
Despuntaba el alba cuando la mujer volvió, y se desplomó a la entrada de la casa donde estaba hospedado su marido. Allí se quedó hasta que amaneció. Jueces 19:26.
Esta debe ser una de las historias más terribles de la Biblia. Hasta creo que la historia de Lot en Sodoma es menos atroz que esta. Es verdad que, en el caso del sobrino de Abraham, los ángeles intervinieron y los hombres de aquella ciudad no consiguieron el objetivo de violar a los visitantes. Aquí, una mujer es entregada para ser abusada sexualmente toda la noche. Luego, muere. Pensar que entre los miembros del pueblo de Dios había gente que realizó tal vileza me repugna: los hijos de la promesa actuaron exactamente igual que los sodomitas.
Un asesinato es terrible en cualquier situación. Cometido por un religioso, es más terrible aún. El mundo, la iglesia. Dios espera que nosotros, aquellos que nos llamamos cristianos, los representantes del Cielo en la Tierra, nos comportemos de una manera diferente de lo que lo hacen los “hijos de las tinieblas”. Tendríamos que ser tan diferentes que debería ser imposible que nos confundan Pero, lamentablemente, cada día nos parecemos más… y no es porque los hijos de este mundo se están pareciendo a nosotros.
¡Y pensar que el levita se esforzó para llegar a una ciudad de Israel porque allí, entre hermanos, estaría seguro! Él no quería colocar en riesgo ni su vida, ni la de las personas que lo acompañaban, pasando la noche entre no cristianos. Mirando el registro bíblico, sentimos la inclinación a decir que hubiera sido mejor quedarse. Es terrible, pero es cierto: entre los enemigos de Dios hubiera estado más seguro que entre los hijos de Abraham.
Muchas personas se “esfuerzan” para estar en nuestra compañía. Saben que somos cristianos y esperan que nos comportemos como tales Esperan una conducta digna, palabras decentes, pensamientos íntegros, una vida que se acerque a la que Cristo vivió durante los años que caminó entre los hombres.
¿Cómo estás viviendo? ¿En qué te diferencias de los que no conocen o no respetan a Dios? ¿Eres un lugar seguro para aquellos que están buscando paz y descanso, o quienes se acercan a ti corren el riesgo de ser profundamente defraudados? Piensa en eso.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor
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